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Vista de Palo, situado a los pies del Tozal de Santa Bárbara. Foto: Chema Vias |
El pueblo de Palo pertenece a la provincia de Huesca y está situado en las sierras exteriores pirenaicas, más concretamente en la zona meridional de la comarca de Sobrarbe. Su ubicación en la ladera de un monte conocido como el Tozal de Santa Bárbara, o Tozal de Palo, y su altura (739 m.), le convierten en un mirador privilegiado del Valle de La Fueva, el cual cierra por su cara suroeste. A su alrededor se sitúan en círculo los pueblos de Humo de Muro, Morillo de Monclús, Formigales, Salinas de Trillo, Trillo. Ligüerre, Samitier y Mediano, en la actualidad pertenecientes todos ellos, salvo Ligüerre, al municipio de La Fueva.
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Vista del Valle de la Fueva desde Palo. Foto: Chema Vías |
Su clima es de tipo mediterráneo continentalizado, siendo 12,5 º y 800 mm. sus medias anuales en cuanto a temperatura y precipitaciones. Su altura libra al pueblo de Palo de las nieblas que la inversión térmica produce en el fondo del valle durante los meses de invierno.
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Palo sobre la niebla que cubre el Valle de La Fueva. Foto: Chema Vías |
La agricultura y la ganadería han sido tradicionalmente
las principales actividades económicas de sus habitantes. Hasta no hace muchos
años, sus tierras, de bastante buena calidad, albergaban el cultivo de cereales
como el trigo y el hordio (cebada), legumbres, vid, olivo, alfalfa, lino,
cáñamo y productos hortofrutícolas, predominando la agricultura de secano sobre
la de regadío. La variedad de cultivos era la propia de un sistema agrario basado
más en el autoabastecimiento que en la producción y comercialización de
excedentes. También se explotaba la leña procedente de las carrascas (encinas),
abundantes en los montes que rodean al pueblo de Palo, para convertirla en
carbón vegetal. La cabaña ganadera estaba dominada por el ganado ovino y
caprino, quedando el vacuno relegado a su uso como fuerza de trabajo.
A esta agricultura de subsistencia había que sumarle una pequeña industria local encaminada a la transformación de los productos agrarios: dos molinos (uno harinero y otro de aceite), un alambique y dos telares.
Hoy en día las explotaciones ganaderas son prácticamente inexistentes y el cereal se ha convertido casi en monocultivo. Hay que destacar la aparición en los últimos años de algunas plantaciones dedicadas al cultivo de la trufa negra, producto muy apreciado en la actualidad.
Palo,
al igual que otros muchos municipios altoaragoneses, ha sido duramente
castigado por el fenómeno de la despoblación, especialmente en la década de los
60 del siglo pasado. Las duras condiciones de vida, el sistema de herencia de
la casa aragonesa, el aislamiento,
la escasa industrialización y la mecanización de las labores agrícolas
empujaron a la emigración a la mayor parte de sus habitantes. En la actualidad
son 23 las personas censadas en la localidad, aunque en los meses de invierno
el pueblo permanece casi vacío.
Sin embargo, el empeño de los vecinos y los descendientes
del pueblo de Palo en
evitar su abandono han hecho que la localidad presente una gran animación
durante los periodos vacacionales. A ellos hay que sumar los residentes en
una urbanización de chalets construidos a partir de los años 80 y los turistas
que se alojan en alguna de las casas de turismo rural que hay en el pueblo. La Asociación O Lugar de Palo, creada
recientemente, tiene como objetivo fomentar las actividades culturales y recreativas
en el pueblo y la convivencia entre sus vecinos y todos aquellos que han hecho
de Palo su lugar de vacaciones.
Sin embargo, el empeño de los vecinos y los descendientes
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Pajar abandonado. Foto: Chema Vías |
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