Las romerías constituyen, ya desde antiguo, una de las manifestaciones más importantes de la religiosidad popular en nuestro país. Prácticamente no hay localidad, por pequeña que ésta sea, que no celebre una o varias romerías repartidas a lo largo del calendario.
Tenemos constancia documental de que ya en el siglo XVIII se celebraban romerías en Palo por San Jorge (23 de abril), Santa Bárbara (el primero de mayo), Santa Brígida (el 8 de mayo), las Letanías de Mayo (a mediados de mes), Bruis (a finales del mismo mes) y San Agustín (el 28 de agosto). En la actualidad se conservan todas, a excepción de la de las Letanías de Mayo, aunque las de Santa Bárbara/San Pedro y Santa Brígida han variado su fecha de celebración.
Romería en Bruis en los años 60. |
Una de las que todavía se sigue celebrando es la San Agustín, que congrega a los vecinos de Murillo de Monclús, Formigales y Pablo, pues la ermita se encuentra prácticamente en la linde de los tres pueblos. La romería se celebra a finales de agosto, muy cerca ya del comienzo del año agrícola, por lo que, antiguamente, las casas más desahogadas económicamente aprovechaban para cerrar la contratación de criados y criadas.
Exterior de la ermita de San Agustín |
A finales del siglo XVIII la organización de la romería corría a cargo de los regidores o alcaldes de los tres pueblos, quienes, además, se beneficiaban del arriendo de una barraca o taberna en la que los romeros podían "aliviarse" del calor agosteño o "celebrar" el cierre de algún trato ventajoso. Parece ser que las celebraciones excedían lo estrictamente religioso y que la jornada acababa a altas horas de la noche entre el jolgorio y los excesos de los feligreses. Ante las reiteradas quejas y denuncias del párroco de Formigales, custodio de la llave de la ermita (y algo celoso de que los beneficios económicos de la romería fueran a parar a manos de los concejos) el Obispo de Barbastro se vio obligado a intervenir, declarando la ermita en entredicho y ordenando que las llaves, alhajas y ornamentos de la misma quedasen bajo custodia del prior del santuario de Bruis "hasta tanto que cese el abuso de la detestable concurrencia". En caso de no ser así, decretaría el derribo definivo de la ermita.
Interior de la ermita de San Agustín en la actualidad. |
Afortunadamente parece que la cosa no pasó a mayores y que las aguas volvieron a su cauce, ya que la tradición se ha mantenido hasta nuestros días, sirviendo esta romería como punto de celebración y encuentro de las gentes que todavía pueblan en Valle de La Fueva.
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