Hace 66 años se produjo en Palo un hecho que alteraría
por unas horas el tranquilo discurrir de su cotidianidad. La llegada de un
camión supuso todo un acontecimiento para la localidad, no en vano se trataba
del primer vehículo motorizado que circulaba por sus embarradas calles[1].
Los vecinos de Palo posan con el camión. Al fondo se pueden ver el abrevadero y el cobertizo, hoy tristemente desaparecidos. |
Corría el año 1954 cuando el camión con matrícula B-68052[2] arribó
a Palo cargado con material de construcción y con la campana de su iglesia
parroquial, que había sido restaurada en el taller de herrería de Antonio
Capdevila en Aínsa. El conductor, Jesús Fantova, natural de Arro, todavía
recuerda las innumerables maniobras que tuvo que realizar en la plaza del
pueblo para dar la vuelta, ya que había poco espacio y la inclinación del
terreno provocaba que las ruedas patinasen. Al final hubo que igualar el
desnivel con tablones de madera.
Para aprovechar bien el viaje, el camión salió de Palo
con destino a Barbastro cargado con sacos de carbón vegetal hecho en casa
Mariñosa.
Como he comentado más arriba, la llegada del camión
alteró ese día la vida de los vecinos de Palo, convirtiéndose en un motivo de
celebración por todo lo alto. Las imágenes que acompañan al texto dan buena fe
de ello, ya que todo el mundo -el mosén incluido- quiso fotografiarse con el
vehículo. Se cuenta, además, que la cosa acabo en fiesta hasta bien entrada la
noche.
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