Bóveda estrellada de la iglesia de San Martín de Palo. |
Los archivos notariales constituyen una magnífica fuente para la investigación histórica. Desde finales de la Edad Media, un sinfín de actos jurídicos tales como testamentos, capitulaciones matrimoniales, contratos de obras, compra-ventas, préstamos, arrendamientos, poderes, ordenanzas gremiales, estatutos de sociedades, etc., han sido y son recogidos por notarios y escribanos, quienes les otorgan la forma documental adecuada para que sirvan como testimonio y prueba de validez legal. Todos esos documentos y escrituras redactados y autorizados con la firma del notario, se guardan encuadernados de forma ordenada, constituyendo lo que conocemos como protocolos notariales. Los documentos que conforman estos protocolos nos ofrecen una valiosa y abundante información sobre la vida cotidiana de nuestros antepasados y la "pequeña historia" de las mentalidades, la economía, el derecho, la genealogía, la cultura o el arte.
Precisamente para el conocimiento de la historia del arte son de gran utilidad las "capitulaciones y concordias" (contratos) que los concejos establecían con los maestros a los que se encargaba la realización de algún tipo de obra artística, ya que nos aportan datos concretos sobre su autoría, fecha, forma de ejecución, coste, materiales empleados, etc.
Buscando documentación sobre Palo en el Portal de Documentos y Archivos de Aragón (DARA), encontré las imágenes digitalizadas de las trazas de la techumbre y la puerta de la iglesia de San Martín de Palo. Ambas están contenidas en un protocolo del año 1630 (1) perteneciente al notario Francisco de las Ortigas, residente en Barbastro, y forman parte del acuerdo entre el concejo de Palo y Claudio Casales, un cantero residente en Graus, para la construcción de la iglesia de la localidad.
Comienzo de la "capitulación y concordia" entre el concejo de Palo y Claudio Casales. Foto: AHPHU |
Aunque en realidad no se trataba de la construcción de un templo nuevo, sino de la ampliación de la iglesia de la localidad, el edificio resultante sólo conservó del anterior la torre-campanario y una capilla.
Torre campanario de la iglesia de San Martín de Palo |
Pero ¿cómo era la iglesia anterior? Gracias a las visitas pastorales sabemos que en el año 1543 ésta tenía, además del altar mayor, una capilla dedicada a San Antonio y un campanario con tres campanas. Es probable que la capilla que está a los pies del templo actual en su lado sur (a la izquierda de la entrada), con bóveda de cañón apuntado (típico de la arquitectura gótica) se corresponda con la antigua capilla de San Antonio.
Capilla de bóveda apuntada, perteneciente al templo antiguo. |
Otras visitas posteriores (2) describen la iglesia como pequeña y con un coro de tamaño desproporcionado con respecto al del templo, al que, además, le restaba luz. La cabecera de la iglesia estaba orientada al este y la puerta de acceso en un lateral, posiblemente en el lado norte. Todos estos datos nos hablan, claramente, de un templo medieval, posiblemente tardorrománico o gótico, que habría sustituido a la iglesia de San Climén (San Clemente) como parroquia del lugar.
A finales del siglo XVI la iglesia de San Martín presentaba varias deficiencias que los sucesivos obispos de Barbastro se encargaron de señalar en sus visitas:
En 1585 se ordenó ampliar la lumbrera del coro para dotar de más luz al interior de templo, poner rejas y bastidores en algunas ventanas y retejar la cubierta.
En 1587, ampliar el coro y hacer un suelo nuevo.
En 1593, abrir una lumbrera en la zona de la iglesia donde se colocaban las mujeres.
En 1595, construir una sacristía. Esta obra se llevó a cabo dos años más tarde, tal y como indica la fecha inscrita en el dintel de piedra de su puerta de acceso. La existencia de dicha inscripción ha motivado el hecho de que algunas fuentes consideren la fecha de 1597 como la de la construcción del templo.
Inscripción en el dintel de la puerta de acceso a la sacristia, en el que puede leerse la fecha de 1597 |
Sin embargo, todas estas obras debieron resultar insuficientes, por lo que en 1624, Pedro de Apaolaza, Obispo de Barbastro, ordenó que la iglesia se ampliara por su parte posterior todo lo que fuera necesario para darle espacio e iluminación suficientes:
"La yglesia parrochial del dicho lugar avemos visto que es
pequeña para que con devoçion y decentemente puedan asistir a los dibinos
officios por ser mucha la poblacion y ocupar la mitad della el coro, a cuya ocasion
la haze muy obscura y lobrega. Y aviendo visto que la primizia esta sobrada y
la yglesia bien proveyda, acordamos que
se alargue por la parte de atrás la yglesia lo que fuere necessario para darle el espacio conviniente y que tenga
vastante luz."
El concejo de Palo recogió el mandato y encargó a un maestro de obras, posiblemente Claudio Casales, la realización de un proyecto. Éste recibió el visto bueno del nuevo obispo de Barbastro, Alfonso de Requesens, quien en 1626 ordenó que, en el plazo de un año, se ejecutara la ampliación de la iglesia, obra que debía ajustarse al proyecto que le había sido presentado. Dicho proyecto contemplaba cambiar la orientación del templo, situando el altar mayor y el retablo en el lado donde se encontraba el coro, y la puerta principal en el lado donde se hallaba hasta entonces el altar mayor: es decir, situar la cabecera en el lado oeste y los pies del templo en el lado este. Además, había que construir una capilla en el lugar donde se situaba la puerta de acceso y reparar el chapitel del campanario.
Finalmente, en enero de 1630 se firmó la concordia entre el concejo de Palo y Claudio Casales para la realización de las obras de reforma y ampliación de la iglesia de San Martín. No sabemos mucho acerca de su artífice, Claudio Casales: tan sólo que, con posterioridad a su trabajo en Palo, fue uno de los canteros que intervinieron en la construcción de la iglesia de San Bartolomé de Burceat. Quizá interviniese también en las obras de la iglesia de Perarrúa, ya que se le pide que haga "el púlpito de yesso con sus figuras conforme el de la iglesia de San Martín de Perrarua (sic), o mejor si mejor pareciere a los dichos jurados de Palo".
Los términos o condiciones del contrato fueron:
El edificio habría de medir 96 palmos de longitud, 32 de anchura y 48 de altura. El palmo aragonés equivalía a 0,193 metros. Dichas medidas concuerdan con lo que mide la iglesia en la actualidad: 18,66 metros de longitud, 6,22 de anchura y 9,48 de altura.
Las dos junto
al presbiterio, de 24 ó 26 palmos de alto, 16 de ancho y 10 de fondo.
La de enfrente a la capilla bajo el campanario (lado sur), habría de ser semejante a ésta pero con bóveda de crucería. Esta capilla no existe en la actualidad, ya que su lugar lo ocupa la escalera de acceso al coro y un pequeño baptisterio.
Las otras dos, de 18 ó 20 palmos de altura.
Los trabajos comenzaron pronto, pues el obispo ya no volvería a urgir al concejo de Palo para que comenzaran las obras. En sus visitas de 1633 y 1635 hace mención a "el artífice que haze la yglesia parrochial".
No sabemos en qué fecha acabaron las obras, pero en la década siguiente seguía habiendo problemas en el templo. O bien la obras se prolongaron más de lo debido, o bien éstas se ejecutaron de forma deficiente, ya que en 1641 el obispo ordenaba al concejo de Palo que reparara y retejara la cubierta de la iglesia y que se quitara y desescombrara la tierra que había amontonada a su alrededor. Dicho mandato se repitió en las visitas de los años siguientes para desaparecer a partir de 1648.
El resultado final de la obra del siglo XVII se ha mantenido prácticamente sin modificaciones importantes hasta nuestros días. En una intervención llevada a cabo a finales del siglo pasado se restauró la cubierta, se pintaron los paramentos y bóvedas del interior y se cambió el acceso exterior a la torre por uno nuevo desde el coro.
(1) AHPHU (Archivo Histórico Provincial de Huesca), Protocolos notariales de la provincia de Huesca, ES/AHPHU - 004032 fols. 30 al 38.
(2) Estas visitas pastorales se incluyen en los libros parroquiales de Palo que se encuentran en el Archivo Diocesano de Barbastro. Las reproducciones fotográficas de dichos libros me fueron proporcionadas por Jesús Cardiel Lalueza, al cual quiero expresar mi agradecimiento por su ayuda y enorme generosidad.
(3) Información obtenida en: http://gensobrarbe.blogspot.com.es/2014/11/dote-mariana-de-broto-ano-1673.html
Traza o plano de la iglesia de San Martín de Palo. Foto: AHPHU |
Finalmente, en enero de 1630 se firmó la concordia entre el concejo de Palo y Claudio Casales para la realización de las obras de reforma y ampliación de la iglesia de San Martín. No sabemos mucho acerca de su artífice, Claudio Casales: tan sólo que, con posterioridad a su trabajo en Palo, fue uno de los canteros que intervinieron en la construcción de la iglesia de San Bartolomé de Burceat. Quizá interviniese también en las obras de la iglesia de Perarrúa, ya que se le pide que haga "el púlpito de yesso con sus figuras conforme el de la iglesia de San Martín de Perrarua (sic), o mejor si mejor pareciere a los dichos jurados de Palo".
Los términos o condiciones del contrato fueron:
El edificio habría de medir 96 palmos de longitud, 32 de anchura y 48 de altura. El palmo aragonés equivalía a 0,193 metros. Dichas medidas concuerdan con lo que mide la iglesia en la actualidad: 18,66 metros de longitud, 6,22 de anchura y 9,48 de altura.
Habría que construir cinco capillas, todas ellas con proporción y simetría:
La escalera de acceso al coro y un baptisterio ocupan en la actualidad el lugar donde debería haberse construido una capilla. |
La de enfrente a la capilla bajo el campanario (lado sur), habría de ser semejante a ésta pero con bóveda de crucería. Esta capilla no existe en la actualidad, ya que su lugar lo ocupa la escalera de acceso al coro y un pequeño baptisterio.
Las otras dos, de 18 ó 20 palmos de altura.
Una de las capillas de nueva construcción. |
Derribar los muros
de la vieja iglesia y hacer los cimientos de nuevo. Los muros en
superficie habrían de tener 4 palmos de grosor y estar reforzados con estribos de
piedra de buena calidad y de ocho palmos de grosor.
El nuevo techo (casco)
de la iglesia dispondría de arquitrabe, friso y cornisa.
Hacer una nueva sacristía
en el lado del Evangelio (a la izquierda del altar), con puerta de acceso desde el presbiterio. Sus
medidas habrían de ser: 20 palmos de alto, 7 de ancho y 16 de largo. Aunque no figure en el documento, para la puerta de la sacristía se aprovecharía el dintel de 1597 anteriormente citado.
La iglesia debería tener 3 cruceros
de 9 naves y la capilla mayor habría de estar coronada por una bóveda de crucería, tal y como se mostraba en el
plano.
El suelo de la
iglesia habría de enladrillarse o enlosarse.
La portada de la
iglesia tendría que estar decorada con sendas pilastras, con su pedestal, basa y capitel, y un entablamento con arquitrabe, friso y cornisa, rematado por un frontón circular. Y sobre dicho conjunto, un óculo. En la actualidad hay un pórtico de entrada que probablemente se construyese con posterioridad y que tapa la parte superior de la portada, permitiéndonos contemplar sólo las pilastras, de ejecución bastante más rudimentaria que lo reflejado en el plano.
Traza de la portada. Foto: AHPHU |
Puerta de la iglesia en la actualidad |
En un estribo de la iglesia habría de hacerse un púlpito de yeso con sus figuras, al
estilo del de la iglesia de San Martín de Perarrúa.
Púlpito de la Iglesia de San Martín. |
Hacer una escalera para subir al coro y una puerta de acceso a la torre.
Hacer un arco de piedra de buena calidad para sostener el coro. Éste habría de ser de madera labrada,
con vueltas de yeso o de la misma madera. El coro que existe en la actualidad no se corresponde con el descrito en el documento, ya que éste se sitúa en la segunda plata del pórtico de entrada al templo y no sobre un arco de piedra. Como ya he indicado anteriormente, este pórtico parece posterior, probablemente de finales del siglo XVIII o comienzos del XIX.
Vista desde la cabecera con el coro al fondo de la imagen. |
Todas las bóvedas
de la iglesia y capillas habrían de construirse con tosca (piedra caliza), yeso y argamasa. Los arcos formeros y los de las capillas también habrían de ser de tosca u otro tipo de piedra.
Bóveda estrellada en la nave central de la iglesia de San Martín de Palo |
Blanquear y perfilar el techo de la iglesia y capillas.
Hacer las lumbreras
que sean necesarias, tanto en la nave central como en las capillas y sacristía.
Hacer una alacena
en la sacristía de 4 palmos de
ancho, 3 de fondo y 12 de alto.
El tejado de la iglesia, capillas y sacristía se cubriría con losas, y se levantaría un muro de 4 palmos por encima de la bóveda. Sobre ésta, una falsa de madera con
ventanas a los cuatro vientos.
Desmontar y volver a montar en su nuevo emplazamiento los altares
y retablos ya existentes, tanto los mayores como
los de las capillas, y hacer los altares de las capillas de nueva construcción.
Hacer las puertas
de la iglesia y de la sacristía, además de un armario en esta última, con sus herrajes,
cerrajas y llaves.
Hacer tres gradas
de piedra de buena calidad en el presbiterio, de un palmo de altura cada una.
Espalmar (enlucir), pulir y blanquear con yeso de buena calidad el interior de la iglesia.
En cuanto a los materiales, el cantero podría usar todas las piedras y losas de la iglesia vieja, así como la cal del cementerio, excepto las piedras de la torre y campanario, la madera de los bancos y las pilas de bautismo y aceite. El resto de material necesario lo ha de aportar el propio Claudio Casales.
El concejo de Palo se comprometía a proporcionarle maderos para hacer andamios, cortados (en luna menguante) y acarreados hasta el lugar de la obra. Una vez acabada la obra, éstos habrían de ser restituidos por el constructor.
Espalmar (enlucir), pulir y blanquear con yeso de buena calidad el interior de la iglesia.
En cuanto a los materiales, el cantero podría usar todas las piedras y losas de la iglesia vieja, así como la cal del cementerio, excepto las piedras de la torre y campanario, la madera de los bancos y las pilas de bautismo y aceite. El resto de material necesario lo ha de aportar el propio Claudio Casales.
El concejo de Palo se comprometía a proporcionarle maderos para hacer andamios, cortados (en luna menguante) y acarreados hasta el lugar de la obra. Una vez acabada la obra, éstos habrían de ser restituidos por el constructor.
El plazo de ejecución de la obra sería de cinco años a contar desde la firma del contrato, con una penalización de 200 escudos si
no se cumplía dicho plazo. A su finalización, la iglesia se entregaría limpia de escombros y "segura de muros y
cimientos" y sería revisada por dos oficiales
nombrados por el obispo de Barbastro.
El coste total de la obra ascendería a la suma de 1800 escudos (o libras) jaqueses: 400 al contado y el resto pagaderos
durante 17 años (desde 1631 hasta 1647) a razón de 85 libras anuales, quedando un sobrante de 45 libras. Dicha cantidad se obtendría de la primicia, tributo que, además del diezmo, pagaban a la Iglesia los vecinos de la localidad.
El escudo en el Reino de Aragón equivalía a la libra jaquesa, moneda de cuenta que, a su vez, equivalía a 20 sueldos jaqueses. Por lo tanto el precio de la obra fue de 36000 sueldos jaqueses, Para hacernos una idea de su coste, baste con indicar que en la época de construcción de la iglesia, en Palo se podía comprar una viña por un precio de 280 sueldos o un olivar por 200. Las dotes que se entregaban a las hijas de las familias acomodadas solían oscilar entre 2000 y 6000 sueldos (3).
El escudo en el Reino de Aragón equivalía a la libra jaquesa, moneda de cuenta que, a su vez, equivalía a 20 sueldos jaqueses. Por lo tanto el precio de la obra fue de 36000 sueldos jaqueses, Para hacernos una idea de su coste, baste con indicar que en la época de construcción de la iglesia, en Palo se podía comprar una viña por un precio de 280 sueldos o un olivar por 200. Las dotes que se entregaban a las hijas de las familias acomodadas solían oscilar entre 2000 y 6000 sueldos (3).
Los vecinos de Palo trabajarían a su propia costa en la
obra de la iglesia durante cinco jornadas en días festivos, con licencia para ello del
obispo de Barbastro.
El constructor recibiría alojamiento y vecindad en Palo
durante el tiempo que durase la obra y podría usar los utensilios para recoger las
primicias que hubiera en la casa de la primicia, pero no podría tener ganado ni
tendría que pagar contribuciones al concejo de Palo.
Los 45 escudos que sobraban de la primicia, se quedarían para
el constructor a cambio de no pedir más jornadas de los vecinos de Palo.
Los trabajos comenzaron pronto, pues el obispo ya no volvería a urgir al concejo de Palo para que comenzaran las obras. En sus visitas de 1633 y 1635 hace mención a "el artífice que haze la yglesia parrochial".
No sabemos en qué fecha acabaron las obras, pero en la década siguiente seguía habiendo problemas en el templo. O bien la obras se prolongaron más de lo debido, o bien éstas se ejecutaron de forma deficiente, ya que en 1641 el obispo ordenaba al concejo de Palo que reparara y retejara la cubierta de la iglesia y que se quitara y desescombrara la tierra que había amontonada a su alrededor. Dicho mandato se repitió en las visitas de los años siguientes para desaparecer a partir de 1648.
Interior del templo. |
El resultado final de la obra del siglo XVII se ha mantenido prácticamente sin modificaciones importantes hasta nuestros días. En una intervención llevada a cabo a finales del siglo pasado se restauró la cubierta, se pintaron los paramentos y bóvedas del interior y se cambió el acceso exterior a la torre por uno nuevo desde el coro.
(1) AHPHU (Archivo Histórico Provincial de Huesca), Protocolos notariales de la provincia de Huesca, ES/AHPHU - 004032 fols. 30 al 38.
(2) Estas visitas pastorales se incluyen en los libros parroquiales de Palo que se encuentran en el Archivo Diocesano de Barbastro. Las reproducciones fotográficas de dichos libros me fueron proporcionadas por Jesús Cardiel Lalueza, al cual quiero expresar mi agradecimiento por su ayuda y enorme generosidad.
(3) Información obtenida en: http://gensobrarbe.blogspot.com.es/2014/11/dote-mariana-de-broto-ano-1673.html
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